Jesús Acuña se hacía cargo de la parroquia a finales de
los años 60 -habiendo pasado antes por la capilla del Poblado de Celulosas- con
carácter provisional y allí se quedó hasta su muerte. A lo largo de los años se
fue haciendo con el cariño y el respeto de la vecindad que medio siglo después
le organizaban los actos conmemorativos de sus Bodas de Oro vocacionales a los
que se sumaron numerosas personas de dentro y fuera de Estribela y Lourizán y
en los que le fue impuesta la Medalla de Oro por ser “persona muy
generosa, bueno con nuestro pueblo por lo que la gente le aplaude y porque lo
queremos mucho", decía entonces el representante de la organización del
homenaje.
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Misa solemne de las 'Bodas de Oro' vocacionales de D. Jesús (Foto Octubre 2016. FdV) |
De grato recuerdo es Jesús
Acuña Garrido, al que popularmente se le conocía como ‘don Jesús, o cura de
Placeres’ por la gran labor pastoral que realizó. “Vivió con los vecinos y
sufrió con ellos las agresiones medioambientales más duras que transformaron la parroquia, y que
él la citaba cada vez que tenía ocasión: la Celulosa, los rellenos y el paso
del tren al Puerto de Marín, conflicto éste que le lleva a ponerse del lado de
las protestas de los vecinos, lo que le valió el calificativo de ‘cura rojo’. “Ni
rojo, ni azul, ni amarillo, decía. Soy un cura comprometido. Me limito a hacer
lo que tengo que hacer, estar al lado de mis feligreses”.
Pero centrándonos en su
gestión parroquial que es lo que me lleva a recordarlo hoy habrá que decir que es
imposible olvidar al ‘cura de Placeres’, ni por supuesto lo olvidan los
feligreses que el pasado sábado le dedicaron una misa de segundo aniversario y
en la que algunas de aquellas personas asistentes se las oía decir: “Don Jesús
era moi especial. Era un bo párroco dos que xa non quedan. Nunca cobraba polos
servicios relixiosos que oficiaba: bodas, bautizos, enterros.... A igrexa dos Praceres xa non e a mesma sin él. Que Deus o
teña na gloria que ben o merece”.
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Inauguración del monolito que los feligreses erigieron en el atrio de la iglesia de Praceres en homenaje a su párroco D. Jesús. (Foto, octubre 2016. FdV) |
Don Jesús seguirá siendo recordado como así lo han querido los vecinos erigiendo –hace seis años- en el atrio de la iglesia un monolito en cuyo pie figura su imagen tallada en piedra. Es el símbolo que inmortaliza a un párroco siempre pendiente de quien lo necesitaba, y así será siempre recordado. DEP
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