Ricardo Torres Quiroga (Tuy
1903-Vigo 1995) era hijo del popular carpintero de la villa tudense, Nicanor
Torres Vila y de su esposa Joaquina Quiroga Bargiela. Desde niño afloró en él
una extraordinaria vocación por la Marina a la que se consagró “desde que tuvo
uso de razón”. A edad muy joven comienza a estudiar para acceder a la Armada y
tras superar las oposiciones ingresa en la Escuela de San Fernando (Cádiz)
donde cursa estudios de Condestable y Transformación alcanzado el grado de
Capitán de Fragata.
Llega a Marín (1928) con 25
años de edad, destinado como profesor al Polígono de Tiro Naval Janer. Durante
el ejercicio de su cargo “el gusanillo de la Formación Profesional, que para
aquel entonces estaba todavía en mantillas, le iba ganando la cabeza ya aliada
con el corazón por precedentes labores”. Durante su estancia en Marín observaba
la expansión de su Puerto Pesquero y de cómo su población se dedicada a la
pesca que se había convertido en la industria básica del pueblo, cuya importancia
reclamaba cada vez más profesionales: marineros, mecánicos, carpinteros… Para ello nuestro recordado personaje pensó en
que había que hacer algo para profesionalizar a “aquellas gentes buenas,
laboriosas y hasta ya metidas en años…” animándose a crear la Escuela de
Cultura Obrera, una idea que cuajó con el apoyo del entonces alcalde Ezequiel
Massoni que le facilita un local frente a la antigua Casa de Baños y donde
muchos jóvenes –pescadores y empleados de otros sectores-mejorarían sus
conocimientos profesionales. La enseñanza laboral que él inculcó en sus alumnos
serviría más tarde para el desarrollo comercial e industrial de Marín.
El éxito de la fundación de la escuela de formación profesional en Marín le serviría a Torres Quiroga para ser nombrado profesor y director de la Escuela de Artes y Oficios de Vigo durante diez años; y había ‘plantado’ el germen de la “catalizada y extendida Formación Profesional de nuestra actualidad”. El proyecto que aquel hijo de un humilde carpintero tudense y capitán de fragata desarrolló a finales de segunda mitad de los años veinte en Marín, serviría para hacer proliferar las Escuelas de Trabajo, antesalas de los Institutos y de las Universidades Laborales.
Libro de las memorias de Ricardo Torres Quiroga en el que hace un repaso a los años en que vivió y ejerció en Marín“Mi dedicación a Marín
saturada de afanes populares y ganas de hacer el bien a la gente trabajadora no
había sido estéril”, reconoce en sus memorias, en las que nos recuerda haber
tenido domicilio durante años en la hoy rúa do Sol.
Ricardo Torres Quiroga, ocupa una imborrable página en los anales de la Historia de Marín
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