Foto: Bº. Juncal |
Una de las playas con cierto encanto con las que cuenta Marín es la nombrada como ‘Praia do Santo’ que recibe el nombre de una pequeña isla que tiene enfrente y a la que se puede acceder con la marea baja. Me estoy refiriendo a la Illa do Santo do Mar o de San Clemente. Como muchas otras islas, su nombre está ligado a alguna leyenda, de la cual me ocuparé hoy en este espacio coincidiendo con el acuerdo unánime al que llegó la Corporación Municipal, -a propuesta del BNG- de “iniciar as accións precisas ante a Xunta para acadar a sua titularidade pública aproveitando a oportunidade de que a familia propietaria tena á venda…”
Esta milenaria isla, “rodeada de arrecifes y cubierta de pradera”, tuvo su
origen geográfico en la llamada ‘Punta Casás’ convertida en ‘islote’ por los
efectos de la erosión. De ella se tiene conocimiento escrito desde la Edad
Media gracias a las ‘cantigas de amigo’ o de ‘desamor’ que nos dejó el trovador
gallego Nuno Treez. La isla pertenece municipalmente a Marín y parroquialmente
a Santa María de Ardán, aunque hay referencias históricas que nos dicen que
posiblemente pudo haber pertenecido a Santo Tomé de Piñeiro.
No son pocas las personas que se sienten interesadas en visitarla para conocer lo más importante que tiene sobre su terreno: los restos de un Castro de la Edad de Hierro, y una pequeña edificación, vestigio de lo que en su día fue una ermita erigida en el s. XVIII sobre una anterior construida en honor a San Clemente en 1248, según se desprende de otra parte de su historia que la relaciona con la Reconquista de Sevilla:
“Sevilla fue reconquistada para Castilla durante el reinado de Fernando III el día de San Clemente y uno de los dirigentes de la flota que participó en aquella batalla era D. Paio Gómez Charino, un marino pontevedrés; cuando los barcos gallegos regresaron a Pontevedra hicieron escala en la isla, y el almirante hizo construir allí una capilla en honor al santo...”
El fervor a San Clemente se fue acrecentando a lo largo de los tiempos entre
la vecindad de la parroquia que todos los años celebraban la secular romería
del ‘Santo do Mar’ y durante siglos fue destino de numerosas peregrinaciones.
También se celebraba la romería de ‘San Diego’, fiestas ambas de las
que tan solo queda el recuerdo y la devoción que los fieles guardan a estos
'santiños' que hoy en día acoge la iglesia parroquial de Ardán. Se dice que en
la capilla isleña se veneraban tres imágenes: las de los dos santos citados y
la de San Telmo. De ésta nada sabe. ..
Aunque las islas
suelen ser públicas, ésta no lo es. De su propiedad, del valor crematístico por
el que sus dueños –la familia de los Nores de Seixo- la tienen a la venta; de
sus condiciones patrimoniales y turísticas, nos ocuparemos en una segunda
entrega.
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