lunes, 3 de junio de 2024

MARÍN Y SUS AÑORADOS ENCANTOS.. POR ANGEL G. CARRAGAL


En un artículo aparecido en el periódico ‘Marín, Semanario Independiente’ en junio de 1914 (hace 110 años) bajo el enunciado ‘Para los Veraneantes” se hace un repaso a las características turísticas de aquel añorado Marín de entonces que se nos describe como “un pintoresco pueblo asentado a la orilla de la más profunda y limpia de las rías gallegas, rodeado de una hermosísima espléndida campiña atrayente por sus montes y bosques que le sirven de marco…”

Era un Marín que tuvo en ese mismo año como alcaldes a Félix Massó Veiga (padre del farmacéutico que también sería alcalde Félix Massó Taboada, años 1957-1961) y José del Río Paredes (O Bicho) que le tomó relevo. Un Marín que urbanísticamente, según sigue describiendo el texto con el que se promocionaba el pueblo entre los ‘veraneantes’, (a los que hoy llamamos turistas) “presentaba un conjunto formado por la variedad de su edificaciones, muchas de ellas modernas…” y que ya compatibilizaba su urbanismo con “sus muelles que penetran cientos de metros en el mar… y de los que salen vapores diarios a Sangenjo (sic) y barcos que se alquilan parea excursiones por la ría”

Marín era un pueblo culto y sociable “por la cultura y sociabilidad de sus gentes, acostumbradas a tratar al forastero con el mayor afecto que hacen grata la estancia en tan culto pueblo, al cual se le coge bien pronto cariño”.

Era aquel Marín, el de ‘Nostra In Mare Fortuna’, “una villa industriosa y rica, en la que trabajan a diario varias fábricas de conserva, se construyen embarcaciones, y su comercio es muy importante; un pueblo de pescadores y marineros que tiene su riqueza en el mar… Es interesante ver en su puerto a sus bravos hombres de mar, algunos ya ancianos, verdaderos lobos marinos acostumbrados a enfrentarse al temporal y a jugarse la vida luchando con los elementos”. Era aquel Marín en el que “se podían encontrar facilidades para procurar vivienda y hospedaje”, algo que hoy en día se hace bastante difícil.

El articulo invita también a disfrutar del ocio entre los marinenses informando ‘a los veraneantes’ de que en “Marín existe un animado Casino, varios cafés y hermosos paseos… y es por sus especiales condiciones un magnífico punto de veraneo en el que se dan cita durante los meses de estío numerosas familias de Madrid y de otros lugares del interior especialmente de la provincia de Orense”.

Quizás Marín haya perdido parte de aquel atractivo que se ensalza en la centenaria publicación que hoy traigo resumida a este espacio coincidiendo con la entrada del mes de junio y la proximidad del verano, pero también es cierto que Marín algo conserva de aquellos añorados encantos, un algo que hoy vemos mejorado y ampliado con sus playas distinguidas con Bandera Azul, sus rutas de senderismo y miradores, las rutas arqueológicas, y el entorno natural del Parque y Lago de Castiñeiras, que dicho sea de paso merece mayor cuidado.

 

                                                                                                                

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