Hace casi quince años (enero 2010) los vecinos de la parroquia de Lourizán reclamaban la recuperación del ‘cruceiro de Estribela’ que se encuentra instalado en el cruce de las Cinco Calles de Pontevedra. Representantes de cuatro entidades vecinales (Estriceres, San Andrés de Lourizán, CC MM y Defensa da Praza dos Praceres) firmaban un manifestó dirigido a la Dirección Xeral de Patrimonio de la Xunta de Galicia para que instará al Concello de Pontevedra a devolver el histórico y secular monumento (data de 1773) a su emplazamiento de origen en la ‘praciña a carón da Praza de Abastos’. La petición no era nueva pues ya antepasados de los reclamantes la habían efectuado muchos años antes viéndose complacidos con la instalación –año 1999 siendo alcalde, José L. Pedrosa- de una réplica de la peculiar construcción, como así consta en la placa que tiene en su base.
Sin embargo las generaciones vecinales que siguieron a aquellas que dieron ‘anuencia a la réplica’ no se conformaron con ello y mantuvieron, sin éxito, su reivindicación de que les fuese devuelto el ‘cruceiro’ original que les había sido ‘arrebatado’ en una operación que dio lugar a una historia, que aunque varias veces divulgada no está de más seguir revisándola, para entender porque los vecinos de la parroquia de Lourizán siguen empecinados en recuperar su ‘cruceiro’, uno de los más importantes del patrimonio cultural galego y al que Castelao dedicó atención al dibujarlo para sus ‘Cruces de pedra na Galiza/Cruceiro de Estribela’. (1964).
Un trabajo localizado en hemeroteca, firmado por el ex presidente de la AA VV San Andrés, Diego Moledo, nos describe “la existencia del ‘cruceiro’ junto con un hórreo, como una de las propiedades del benefactor vecino Senén Sobral…. Durante la Guerra Civil y para celebrar la toma de Barcelona huestes franquistas instalaron unas guirnaldas y otros adornos sujetándolas al ‘cruceiro’ provocando su rotura. Años después las partes desprendidas se guardaron en el hórreo mientras que la base del monumento serviría para zona de juegos a los niños…. En 1962 el entonces alcalde de Pontevedra, José F. Filgueira Valverde, de acuerdo con Senén Sobral se llevó los restos del monumento para restaurarlo y montarlo en el Museo de Pontevedra, pero finalmente se decidió colocarlo en el cruce de las Cinco Calles, del que toma su nombre, y ahí sigue en la actualidad, cercano a la casa donde vivió el ilustre literato Valle Inclán.
El año pasado (2023) con la decisión del Museo capitalino de devolver a Polonia dos cuadros “saqueados polos nazis e que chegaron a Pontevedra formando parte dunha colección dun benefactor…”, vecinos de la parroquia de Lourizán revivían un interés similar por la devolución del ‘cruceiro’ del que se despojó a Estribela de donde salió y al que nunca más volvió… ni por supuesto, volverá. Mientras tanto habrá que seguir disfrutando de su réplica instalada en el Parque de Marqués de Valterra.
Y esta es la historia contada una vez más para no olvidar.
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