Mámoa do Rei en el Monte Castiñeiras. Foto Galicia Máxica |
La nueva ruta de la Senda das Mámoas (entre Santo Tomé de Piñeiro y Xaxán) que se hará realidad a partir del mes de junio, según lo anunció la concejala, Beatriz Rodríguez Gómez, incrementa el patrimonio arqueológico con el que cuenta el municipio marinense que de unos años a esta parte se viene poniendo en valor con diversas actuaciones (promoción de los Petroglifos de Mogor, mejora del Castro da Subidá, apertura aula expositora en el Museo M. Torres, actualización del inventario de piezas de interés arqueológico…) que nos ayudan a informarnos de nuestros orígenes a través de la protección y conservación de los vestigios que forman parte y dan fe de la historia de Marín, como continuación de una labor iniciada años hace por destacados estudiosos e investigadores marinenses como Carlos Paracha Vázquez, Antonio Blanco Freijeiro o el hermano paúl, Eligio Rivas Quintas.
La puesta en valor de la arqueología se ha convertido en muchos pueblos y ciudades del mundo, en un recurso que aparte de cumplir la función de conservar y estudiar señales o restos de un pasado destruido o desaparecido, sirve de atractivo turístico debido al interés del sector por la prehistoria y la arqueología como lo demuestran los miles de visitantes a antiguos monumentos y museos arqueológicos.
Marín no debería desaprovechar su importante riqueza arqueológica –me atrevo a decir que desconocida por muchos marineses- estableciendo con ello una relación entre Turismo y Arqueología, dándola así a conocer no solo dentro sino con mayor interés fuera de su entorno territorial.
Los recursos arqueológico-turísticos del municipio marinense se pueden concretar en sesenta yacimientos catalogados de los cuales la mitad son petroglifos y otra buena parte son mámoas. Existe además otro tipo de yacimientos, aunque en menor cuantía, como son los castros, algún que otro ‘castelo’ y el ‘menhir’ de Currás integrado en las rutas culturales del Patrimonio-Histórico Cultural de Marín.
En resumen, todo un ‘tesoro’ arqueológico al que ahora se une la nueva senda de las ‘once mámoas’, la cual por su baja dificultad y cuidado la hacen ser visitable, según aseguran desde el Concello de Marín, y podrá transitarse con cierta comodidad, lo que sin lugar a dudas atraerá la atención de los amantes de la arqueología y el senderismo y a su vez del “arqueoturismo, una forma alternativa de turismo cultural, cuyo objetivo es promover el interés público en la arqueología y la conservación de los yacimientos y sitios históricos·”, según lo definen desde el sector.
Claro está que el interés que por parte de este tipo de turismo ponga en la oferta marinense estará en consonancia con la promoción turística –valga la redundancia- que nuestros gobernantes locales le den al asunto cara al exterior.
Por cierto y muy importante, según la UNESCO, “Patrimonio cultural arqueológico es el legado que recibimos del pasado, lo que vivimos en el presente y lo que transmitimos a futuras generaciones.”.
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