Foto CM
La cara. Buena noticia la que
da a conocer el portal inmobiliario ‘Fotocasa’ a través de un informe (Diario de Pontevedra 3 de agosto) donde se señala que Marín es el municipio costero con
la vivienda más barata (951 euros metro cuadrado), lo que sitúa a la localidad
marinense junto con la de Burela-Lugo en
la única zona costera de toda España cuyo precio medio por metro está por debajo
de los 1.000 euros, lo cual significa, según el citado portal inmobiliario que,
“una vivienda de 80 metros cuadrados en Marín cuesta 76.042 euros, un 59 por
ciento menos que la media de España”. Hasta aquí la ‘cara buena de la noticia’.
Ahora veamos…
La cruz. Pisos baratos, sí. Pero la pregunta es si ¿existen? O ¿son suficientes los que hay para atender la demanda? Si nos atenemos a los pisos que se vienen construyendo en los últimos años, habrá que decir que no. La caída en la construcción de viviendas en Marín es notoria, especialmente las de tipo social. Marín carece de pisos sociales, viviendas protegidas, a pesar de que la Xunta de Galicia aprobó en marzo del pasado año ampliar el parque de vivienda pública en 1,800 pisos, pero que sepamos en Marín no se construirá ninguno.
Las estadísticas del Instituto Galego de Vivenda reflejan la parálisis urbanística que vive Marín constatada con datos relativos a los metros cuadrados de vivienda nueva construida en cada ayuntamiento que sitúan a Marín en el furgón de cola de la provincia, lo cual ya denunciaba el Grupo Municipal del PSOE en el pasado mes de junio:”
El problema. “Marín vive una crisis urbanística sin precedentes. Somos el sexto municipio de la provincia en cuanto a número de habitantes, pero estamos en el puesto 30 en cuanto a superficie de vivienda nueva construida desde 2012. Un verdadero drama que afecta a nuestro presente y nuestro futuro…” (Manuel Pazos, portavoz del GM Socialista)
La cruz. Pisos baratos, sí. Pero la pregunta es si ¿existen? O ¿son suficientes los que hay para atender la demanda? Si nos atenemos a los pisos que se vienen construyendo en los últimos años, habrá que decir que no. La caída en la construcción de viviendas en Marín es notoria, especialmente las de tipo social. Marín carece de pisos sociales, viviendas protegidas, a pesar de que la Xunta de Galicia aprobó en marzo del pasado año ampliar el parque de vivienda pública en 1,800 pisos, pero que sepamos en Marín no se construirá ninguno.
Las estadísticas del Instituto Galego de Vivenda reflejan la parálisis urbanística que vive Marín constatada con datos relativos a los metros cuadrados de vivienda nueva construida en cada ayuntamiento que sitúan a Marín en el furgón de cola de la provincia, lo cual ya denunciaba el Grupo Municipal del PSOE en el pasado mes de junio:”
El problema. “Marín vive una crisis urbanística sin precedentes. Somos el sexto municipio de la provincia en cuanto a número de habitantes, pero estamos en el puesto 30 en cuanto a superficie de vivienda nueva construida desde 2012. Un verdadero drama que afecta a nuestro presente y nuestro futuro…” (Manuel Pazos, portavoz del GM Socialista)
El Concello de Marín lleva años sin promover la construcción de este tipo de viviendas a pesar de ser una de las necesidades más perentorias que deben ser resueltas. Y eso que en su territorio existe suelo urbano suficiente como para construir 3.000 viviendas, según se puso de manifiesto en el Foro sobre Urbanismo celebrado en marzo del año pasado presidido por la alcaldesa, María Ramallo, y en el que técnicos urbanistas aconsejaban la "creación de vivienda pública"
En resumen: De qué vale entonces que en Marín los pisos sean baratos si resulta que ya ni se construyen. Entiendo que el dato de 'Fotocasa' se referirá a lo construido. Y el problema no es menor porque si además le añadimos que el alquiler está por las ‘nubes’ mal lo tienen quienes quieran comprar o alquiler un piso en Marín. Y si el Gobierno Municipal, con el PXOM aprobado desde hace más de diez años, no se pone al ‘tajo’ o no pasa a la acción en este asunto, mal vamos; sobre todo cuando se pretende hacer 'crecer' el padrón de habitantes.
Pisos baratos, sí, pero…
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