MARÍN. PASEO ALCALDE BLANCO. NECESARIA Y ACERTADA CORRECCIÓN. POR ANGEL G. CARRAGAL

Recibo con agrado la noticia que me transmite la concejala de Cultura, Itziar Álvarez, y de la que se hacía eco este rotativo,  de que por fin se va a corregir el dato erróneo, -en relación con el año de su instalación-, que figura en la placa descriptiva de la escultura ‘Capela Solis’ del afamado escultor ponteareano, Silverio Rivas. Corrección que quien esto suscribe venía demandando a través de la ‘Xornadas-Reencontro coa Historia de Marín’ desde 2021 (véase ‘Marín, una cuestión de fechas’. Diario de Pontevedra, 15.02.2021) por las graves consecuencias que tal error ocasionaría, de no ser corregido, a la realidad histórica de Marín, además de al acontecimiento concreto de la apertura del Paseo Alcalde Blanco que preside la citada escultura, que por garrafal error figura 1977 como año de su inauguración cuando tal acontecimiento tuvo lugar en 1997.

De mantener la cifra errónea todo lo que literalmente aparece escrito en la placa sería un despropósito que nos llevaría a una equivocada interpretación de los hechos que allí se describen.

Veamos: De entrada decir que el paseo en aquel año de 1977 no existía. El espacio que hoy ocupa era un muelle de atraque del Puerto. En la inscripción se puede leer que la escultura la realizó ‘Silverio Rivas, coa colaboración de alumnos (se citan sus nombres) da Escola de Canteiros de Poio…”, institución ésta que fue creada en 1979, es decir dos años después, en el Monasterio de Poio, pasando a depender de la Diputación de Pontevedra en 1982.

Figura además la titularidad de la Autoridad Portuaria de Marín, organismo éste creado en 1992. Hasta entonces era Junta de Obras del Puerto. Y ya por último de mantenerse la fecha de 1977 daríamos por hecho de que ya existía la Xunta de Galicia como nos lleva a deducir el logotipo institucional inscripto entre el texto. Como es sabido la Xunta de Galicia aparece definida en el Estatuto de Autonomía, aprobado en 1981.

Placa 'borrosa' descriptiva de la escultura incrustada en el pavimento y donde puede observarse el error del año 1977

A Silverio Rivas en su visita a la escultura, y al que tuve el honor de acompañar, no solo le ‘asombró’ el error del año que aparece en la inscripción. “A escultura foi creada en 1996…”, me indicó, “polo que malamente pudo haber sido colocada aquí en 1977..” Otra de las cuestiones que observó el escultor, es el lugar donde está situada la ‘borrosa’ placa, incrustada en el pavimento, lo cual la hace prácticamente invisible. Bueno será que cuando se renueve se coloqué en lugar digno y donde todo el mundo la puede leer con claridad.

Señalan los historiadores que “dejar constancia escrita –en este caso en una placa- de eventos vividos en el pasado y recrear el momento donde acontecieron es muy importante para que un pueblo conserve su memoria a través del tiempo…” pero, digo yo, que si los datos que se aportan son erróneos, éstos pueden trastocar la historia que se pretende preservar. De ahí que se haga necesaria y acertada su corrección.