El Presupuesto Municipal es el documento que recoge la previsión de gastos e ingresos que se realizarán durante un año y en el que se establecen las prioridades políticas de los gobiernos locales. Es la herramienta fundamental mediante la cual nuestros gobernantes toman sus decisiones dando cumplimiento a los programas con los que atender las necesidades básicas de la ciudadanía además de sacar adelante sus promesas electorales.
En el Concello de Marín, que es el caso que nos ocupa, su Presupuesto 2024, que supera los 16 millones de euros (uno más que el del año pasado), ya ha pasado y superado dos de las fases que anteceden a su aprobación definitiva: primero el debate y aprobación en el Pleno celebrado el pasado marzo y posteriormente su exposición pública, que remató el mes en curso, sin que se hubiesen presentado alegaciones al mismo. Ahora solo queda su publicación en el BOP para su entrada en vigor.
Que un presupuesto salga aprobado en condiciones tan favorables debe llenar de satisfacción al grupo gobernante. Y me estoy refiriendo al Grupo Municipal del PP, que dicho sea de paso, fueron sus votos mayoritarios los que consiguieron sacar adelante la citada aprobación; satisfacción que no comparten los grupos en la oposición –PSOE y BNG- que como es lógico, políticamente hablando, no iban a apoyar un presupuesto cuyas líneas básicas se alejan de sus idearios y forma de gobernar.
Recordemos los argumentos que las formaciones políticas expusieron a la hora del debate plenario: Los socialistas rechazaban “un presupuesto que supone el mayor incremento anual de impuestos en la historia de Marín…” Su portavoz, Manuel Pazos Lamoso, incidía con mayor énfasis en que “el gobierno que presumía de hacer más con menos y de impulsar un política de impuestos bajos, ha decidido este año incrementar la recaudación fiscal en un 15 por ciento como nunca antes se hizo...”
Mientras que por su parte el BNG también hace hincapié en la subida de impuestos: “O incremento no orzamentario superior a un millón de euros, non contempla unha estratexia clara para abordar os retos socioeconómicos de Marín, nin reflicte unha intención de incrementar o investimento en áreas críticas para o desenvolvemento comunitario. O aumento dos ingresos sen o debido respaldo técnico suscitan dúbidas sobre a sustentabilidade e realismo das cifras.”, señalaba la portavoz nacionalista Lucia Santos Omil.
Manuel Santos Costas, portavoz del grupo del PP y concejal de Facenda, rebatía tales argumentos y defendía el presupuesto porque “ser realistas co noso Orzamento é fundamental. Xunto cos equipos técnicos do Concello, fixemos un importante traballo de xestión para poder facer fronte a unha realidade que é complicada para os concellos…”.
La noticia está en que el documento presupuestario salió ‘indemne’ –sin alegaciones- del periodo de exposición pública aún a pesar de los respetables ‘contras’ expuestos por la oposición.
En resumen, vía libre al presupuesto municipal. Un ‘habemus’ para satisfacción del gobierno y decepción de la oposición.
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