lunes, 26 de septiembre de 2022

MARÍN, A FESTA DO SANTIÑO DE PAU. POR ANGEL G. CARRAGAL


El Padroado del Gremio de Mareantes instituido en el seno del Ateneo Santa Cecilia -y del que me enorgullece ser Confrade de Honra- tiene organizados los actos de exaltación del día de San Miguel que este año pasa al próximo domingo 2 de octubre, motivo por el que aprovecho la ocasión para hacer un poco de historia del ‘santiño de pau’ que se venera en Marín desde hace algo más de tres siglos.

La Confradía de San Miguel Arcángel creada por el Gremio de Mareantes –que en su historia ya aparece fundada en la primera mitad del siglo XVII- acordaba erigir un retablo propio para su santo patrón en la iglesia de la villa que para entonces era la ermita de Nosa Señora da Guía. Edificada sobre ésta la iglesia parroquial –actual Igrexa Vella. S. XVIII- por mandato del Priorato de Osera los cofrades instalan en ella un altar “tallado con la leyenda: este lugar es solo del Gremio de la Mar, siendo párroco don Ambrosio Núñez... (Eligio Rivas Quintas. ‘Marín, terra e mar’ 2005) donde se colocaría –año 1707- la singular imagen de San Miguel que aún se venera en la actualidad y que se procesiona por las calles todos los años en el día de su festividad acompañada de la también secular Danza de Espadas.

Se trata de una iconografía del santo, con más de tres siglos de antigüedad, de estilo barroco que representa al arcángel como “un doncel guerrero con atributos distintivos con los que se ve representado en sus apariciones…” 

Recuerdo que a mí como a otros muchos marinenses nos llamaba la atención siendo niños contemplar la procesión con el santo blandiendo su espada y pisando con sus pies al demonio al que le solían poner un cigarrillo encendido y bailando a hombros de cuatro jóvenes danzantes al ritmo que marcaba la música de la Danza de Espadas.

Importante es la descripción que sobre este detalle nos hace el arqueólogo e historiador –Fillo Predilecto de Marín-  Antonio Blanco Freijeiro (1923-1991) a través de uno de sus artículos compendiados en su libro ‘Ensayos Gallegos’ bajo el titulo ‘Los demonios de San Miguel’. Dice nuestro recordado e ilustre marinense, y dice bien, que “conforme pasan los años los recuerdos de la infancia cobran nueva vida…” y supone, y supone bien, que como él “muchos marinenses añoran la vieja iglesia, sus pequeños altares y sus santos de ‘colorines’…” y entre estos “infunde respeto a nuestras almas infantiles la imagen de San Miguel, aquel santiño de pau dando a Satanás su merecido”.

Celebrar el día de San Miguel debería ser una obligación de todo buen marinense, como lo es hacerlo el día de la Patrona, la Virxe do Porto o el día de la Virxe do Carme, porque son tradiciones que nos permite revivir y disfrutar en el tiempo de aquellos aconteceres que vivieron y respetaron nuestros ancestros. Non olvidemos pois que o día de San Miguel tamén é festa. Digollo eu.

Diario de Pontevedra
26.09.2022 / Pag. 16

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