Yacimiento arquológico del Castro da Subidá de donde proceden muchas de las piezas expuestas en el Museo M. Torres (Foto CdM)
Nos relata el Hermano de la Congregación de
los PP Paúles, el profesor y escritor, Eligio Rivas Quintas (1925-2022) en su
libro ‘Marín, terra e mar’, -del que es coautor con el etnógrafo, Jesús
Rodríguez Cruz-, la riqueza arqueológica de Marín adquirida de su pasado
‘castrexo’ así como de la romanización de la ‘villa Vallis Marini’, avalada por
los ‘achados’ en diversas excavaciones arqueológicas realizadas a través de los
tiempos en distintos puntos del territorio marinense. Una riqueza consistente en
una variada gama de piezas de las que el autor destaca: ánforas con monedas de
bronce y plata además de otros vestigios –neolíticos e cuncheiros- de los
castros en los que habitaban los primitivos marinenses ya antes de la llegada
de los romanos: “Subidá de Mogor, Monte Castelo de Ardán, Outeiro de Castro en
Santomé de Piñeiro, Castro do Barbudo en Macenlle, Mato de Castro en
Carballal…”
De una parte de toda esta riqueza arqueológica
dispone el Concello de Marín medio millar de objetos depositados en el Museo Municipal M. Torres, parte de cuyos
hallazgos se encuentran expuestos de manera permanente en una sala reservada al
efecto acompañados de unos paneles que de manera didáctica explican al
visitante el
pasado arqueológico de la villa. Hay que aplaudir esta
iniciativa que sirve, además de ser recurso turístico dirigido a los amantes y amigos de
acudir a museos en su ruta vacacional, como alternativa a quienes siendo turistas
de playa tienen que quedarse en la ciudad en días grises o lluviosos.
En mi reciente visita a esta sala tuve
la ocasión de informarme más concienzudamente de los aspectos relativos a la
época ‘castrexa’ y de la colonización romana de Marín, a través de la piezas
expuestas y de los carteles explicativos de la muestra: Marín en el imperio
romano, las ánforas, la cerámica romana, los castros… textos coordinados por el
arqueólogo Juan Castro, responsable del inventario “de la riqueza arqueológica
que atesora Marín”. Y por cierto, una gran parte ‘almacenada’ por falta de
mayor espacio”. La gran mayoría de estos restos
fueron hallados dentro del término municipal por vecinos o en el curso de obras
públicas, aunque también los hay procedentes de las diferentes excavaciones
realizadas en el Castro da Subidá.
En resumen, me quedo con la
promesa que se hizo en la inauguración –hace tres meses- de la Sala
Arqueolóxica del Museo M. Torres, cuya visita les recomiendo y vale la pena, de
que con el medio millar de piezas de las que consta el depósito museístico
arqueológico marinense debidamente catalogadas “es posible crear exposiciones que expliquen distintas
etapas históricas de Marín”, confiando en que así sea, pues supondrá una buena ocasión
para que los marinenses y foráneos conozcamos, en cada una de las muestras, y
más explícitamente, el contexto histórico de cada uno de los ancestrales
objetos y el uso doméstico que aquellos primeros habitantes ‘castrexos’ de la
villa de Marín daban a cada una de ellos.
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