lunes, 14 de agosto de 2023

MARÍN. TURISMO. LA RUTA DE LOS CINCO MIRADORES. POR ANGEL G. CARRAGAL

Mirador a la Ría desde la Barriada 'Pérez Crespo' de Mogor-Marín 

Las alternativas al turismo de sol y playa cobran fuerza año a año. De hecho, las visitas culturales y las relacionadas con el disfrute de espacios naturales, los deportes y las actividades de aventura han experimentado, dentro del conjunto de los pueblos y ciudades de España, un importante aumento, según las estadísticas ofrecidas por el sector turístico.

Marín no se ha quedado atrás en cuanto a ofrecer algún tipo de alternativa al turismo de playas con la creación, hace cinco años, de la Ruta de los Cinco Miradores, aparte de los espacios naturales, dignos de ser visitados, como la Finca de Briz, el Lago de Castiñeiras y el Ecoparque Multiaventura de Cadro.

La Ruta de los Cinco Miradores, ya consolidada, calificada con el distintivo ‘Sendero Azul’, es muy apropiada, no solo para los senderistas, sino para aquellos que gustan de las vistas panorámicas sobre Marín y su Ría, o del relax que ofrecen los lugares donde están asentados y a los que se puede acceder fácilmente, incluso con el coche.

Cuando se puso en marcha esta magnífica iniciativa desde el Concello de Marín se afirmaba que “la ruta tiene un marcado valor pedagógico, traza un recorrido por el municipio pensado para que propios y visitantes pueda conseguir una visión lo más completa posible sobre sus valores históricos y culturales convirtiéndose en un nuevo recurso turístico para el municipio".

La ruta -de unos diez kilómetros- se inicia en circulo en la Plaza de España hacia el primer mirador que está al final de la playa de Portocelo y desde donde se puede divisar, en buenas condiciones metereológicas, las Islas de Ons; a continuación está el mirador de la Barriada ‘Pérez Crespo’ de Mogor, al que le sigue otro, el tercero, sobre la Ría, situado en lo alto del monte de la misma parroquia. 

Mirador do Cruceiro do Vento-Mogor

Desde aquí el recorrido se dirige hacia el Castro de Subidá y el monte Penizas, donde existen dos miradores más: el de Cruceiro do Vento –personalmente creo que es el punto desde donde mejor se aprecia la panorámica más bonita de Marín- y el de A Moreira, el quinto y último. Desde aquí parte el trayecto de regreso hacia el casco urbano de Marín, dirección al lavadero de O Souto, pasando por la rúa da Calzada y  terminando en el punto de partida, tras bordear la Plaza de Abastos.

Es al final del recorrido, cuando quienes lo hayan realizado habrán descubierto un pueblo, una cultura y muchos motivos más para volver y quedarse "porque Marín es mucho más que mar y al fin el visitante tiene muchos lugares y rincones que ver y admirar".

“Hei de dicir Marin cando o turismo paladee as súas paisaxes, os seus ceos e as suas augas… Hei de dicir, sempre Marín, coa boca e co peito. Hei de dicir que Marín é máis ca un niño de ninfas… (X. C. Gómez Alfaro. Periódico ‘Portocelo’ 1988)

 

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