lunes, 18 de agosto de 2025

MARÍN. OBRAS SON AMORES. LA GRAN AVENIDA DE OURENSE. POR ANGEL G. CARRAGAL

Foto: CM

Lejos está aquel año (1908) en el que los vecinos del popular barrio de pescadores de Cantodarea reclamaban al Concello de Marín (era alcalde José Sobral Portela, titular de una empresa de transporte de viajeros) “una vía de comunicación para unir la Lonja de Pescado con el muelle de Marín”. Reivindicación que sería atendida en 1924 año en el que la Corporación Municipal presidida por el regidor Francisco Crespo Casal, aprueba el proyecto de “Enlace de unión del muelle de Estribela con Marín”, cuyas obras rematan en 1930 para satisfacción de quienes las venían demandando desde hacía algo más de veinte años atrás.
El nombre de esta nueva vía sería popularizada como “Avenida da Lonja”. Pero su denominación oficial lo encontraría en sesión plenaria celebrada en 1935 bajo el mandato municipal de Ezequiel Massoni, en la que se acordó nombrarla como “Avenida de Orense”. Así consta en la placa que aún se conserva en la fachada de la Casa Consistorial allí colocada aquel mismo año con motivo de la celebración del Día de Orense, conmemorativa de las intensas relaciones que mantenía en aquella época, el pueblo orensano con la villa marinense.
Esta nonagenaria carretera sufriría a lo largo de los tiempos diversas transformaciones que supusieron importantes mejoras además del asentamiento en sus márgenes de diversas industrias: astilleros, fábricas de conserva, talleres… convirtiéndose en la principal arteria de entrada a Marín. En la actualidad (2025)  y transcurrida una cuarta parte del siglo en el que andamos esta avenida ha sido objeto de un gran proyecto de obras de humanización e integración en el entramado urbano, actuación ésta financiada por el Ministerio de Transportes y Movilidad con las que se ha “renovado todo el pavimento, se ampliaron aceras, se sustituyó la iluminación y se construyó una glorieta, no exenta de polémica por la tala de unos árboles para permitir su ubicación, y que dicho sea de paso ya hay usuarios que empiezan a reconocer su práctico funcionamiento coincidiendo con las palabras de la alcaldesa, a este periódico, de que “la glorieta está funcionando muy bien…”


Aún así existen voces críticas por el nuevo estado del vial, sobre todo por la falta de arbolado en el paseo anexo, cosa que será subsanada “pues se plantarán árboles en breve…”. Pero lo que no se puede negar es lo que a la vista está y es ello que las obras realizadas han transformado y modernizado la Avenida de Ourense que con su nueva configuración “contribuirá a aumentar la seguridad, a reducir la saturación del tráfico y disminuir la contaminación mejorando con ello la calidad de vida de los vecinos”. Tal era el objetivo del proyecto y así parece haberse cumplido. Y lo más importante, del más de un millón de euros del coste de las obras, nada ha tenido que aportar el Concello de Marín.
Digo yo que por su actual estado merece ser calificada como Gran Avenida de Ourense


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