lunes, 19 de mayo de 2025

MARÍN. 'IN MEMORIAN. 'O TILLERO' DE MANUEL TORRES. POR ANGEL G. CARRAGAL

En el 30 aniversario del fallecimiento del insigne pintor marinense, Manuel Torres Martínez (1901-1995)



El pasado día 10 del mes en el que andamos se cumplían treinta años del fallecimiento de nuestro recordado e insigne y polifacético artista marinense -pintor, humorista gráfico, escultor y escritor- Manuel Torres Martínez (1901-1995), una efeméride que debe ser conmemorada  con al menos un grato recuerdo de su vida y obra, ejemplo de arte con la que ha puesto a Marín en la historia cultural de Galicia.
Con su trayectoria artística y reconocimientos recibidos se han llenado páginas en diversos rotativos gallegos e incluso en algunos de tirada nacional por lo que no voy yo a incidir en ello, sino más bien y como mi particular ‘in memorian’ haré un repaso sobre la semblanza de su autoría, el ‘Tillero, aprendiz de mariñeiro’, publicada en la revista ‘Sonata Galega’ (Pontevedra 1944-1949).
Antes de entrar en el tema debo reconocer el desconocimiento de la existencia del vocablo ‘tillero’ de cuyo significado encontré explicación en el diccionario: proviene del término ‘tilla’ (entablado que cubre una parte de las embarcaciones menores).
Se me antoja que Manuel Torres se inspiró en algún muchacho de su Marín natal principiante en las labores ‘mariñeiras’ (tema que el pintor tenía para sus cuadros como de uno de sus favoritos).
Describe Manuel Torres a los ‘tilleros’ por su aspecto de “cabeza rapada cuberta con boina, sempre descalzos, pantalón vello e moi remendado e perneiras arremangadas e cuada de sete remendos…” El ‘tillero’ actuaba como guardián de  la pequeña embarcación como lo evidenciaba “a chave da tilla, colgada do seu pescozo, donde durmia como un can coidando da embarcación”. Y aunque parecía un ser insignificante él creía sentirse necesario por su función.  Hacía de todo. Entre otras tareas, como sigue describiendo Manuel Torres en su semblanza “limpiaba co resío da alba as panas do bote e as madeiras con verdes ramos de espiñuda ximalbeira que collia nos matos… Picaba feixes de leña nas mañáns dominicais…
Era un auténtico aprendiz de ‘mariñeiro’ o ‘tillero’, al que el patrón le confiaba el tener siempre en condiciones la pequeña embarcación “para tocar a sair cando ó patrón lle petase; e bogaba do porto a Tenlo, e de Tenlo a Picamillo, e de Picamillo a Arousa, sempre de pedra en pedra como os pasales da súa vida, sempre de lúa a lúa nunha loita sin descanso…”
Todo un esfuerzo y un trabajo en el que ‘o tillero’ ponía la esperanza en alcanzar la experiencia que algún día “abriríalle unha porta e a vida unha esperanza”.
Y llegó el día en el que “o tillero entrou en quintas e saltaba en terra dándo unha volta pola vila na compaña doutros quintos detrás dun acordeón… e marchaba a servir o rey”
Remata Manuel Torres su singular retrato del ‘Tillero, aprendiz de mariñeiro’ con una dedicatoria cual lamento: “¡Pobre meniño que xogaba na praia con anaus de cortizo!. ¡Pobre tillero cautivo nas penas do remo e do chicote!
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario