lunes, 17 de mayo de 2021

MARÍN. 130 ANIVERSARIO DE LA 'ESCOLA DAS MONXAS' (1891-2021). POR ANGEL GARCÍA CARRAGAL

Sor Consuelo, sor Fermina, sor Aurelia, sor María del Carmen, sor Clara, sor Mercedes, sor Dolores, (sor ?) sor Manuela, sor Tomasa, sor Carmen y sor Elvira (Foto cedida por Queta Molas)

La fundación del colegio de la Inmaculada de Marín tiene su origen en la llegada de las Hijas de la Caridad hace ahora 130 años después de que, el cardenal José Martín de Herrera se interesase por establecer una escuela regida por monjas. He de añadir que tal interés se suscitó en tan alta autoridad eclesiástica “después de que el pastor evangélico Thomas Blamire crease las escuelas para niños y niñas a quienes además de la enseñanza escolar se les proporcionase instrucción evangélica, lo que causo malestar e inquietud entre la comunidad católica...” (M. Cendán. Historia de Marín 2007).
Desde su asentamiento en 1891 las ‘Escuelas de párvulos y colegio de niñas San José’ (así es como nacieron) fueron pasando por diversas fases -como ya quedó explicado en capitulo anterior- que hicieron necesario la construcción de un nuevo edificio, con capacidad para más de setecientos alumnos y alumnas, dividido en tres pabellones, dos para enseñanza gratuita de alumnos, con la necesaria separación de sexos, y otro para el “internado y enseñanza superior para señoritas”, iniciándose así una nueva etapa bajo el nombre de ‘Colegio de la Inmaculada Concepción’. La inauguración, según publicaba el periódico pontevedrés ‘El Áncora’ tuvo lugar en  septiembre de 1898, siendo superiora sor Paulina Zapatero que fallecería en 1905 dando paso antes a su substituta sor Micaela Cincunegui. El crecimiento del alumnado y sobre todo del internado se producía a pasos agigantados, por lo que se hizo necesario ampliar de nuevo el ya gran edificio, ampliación inaugurada en 1905..
Una de las características por la que entonces ‘sonaba’ el colegio era por su internado -para “señoritas pensionistas y medio pensionistas”- y la enseñanza que allí se impartía, además de las asignaturas exigidas para estudios superiores se añadían “piano, francés y dibujo”. Eran numerosas las hijas de familias “pudientes” que pasaron por el internado de las monjas, algunas de ellas incluso se quedaron en Marín donde se casaron y formaron un hogar.

Alumnas internas del colegio de la Inmaculada Concepción de Marín (Foto CLIM)

Durante más de un siglo la labor de las Hermanas de la Caridad ha sido constante en favor de la educación y la formación de muchas generaciones de marinenses. Muchas de aquellas monjas han dejado recuerdos imborrables en Marín (sor Paulina, sor Benita, Sor Felisa, sor Fermina, sor Gertrudis, sor Clara, sor Águeda, sor Tomasa, sor Mercedes, sor Manuela, sor Aurelia, sor Elvira,... y tantas otras) algunas de las cuales fueron consideradas Hijas Adoptivas de Marín, como es el caso de sor Fermina, sor Felisa y sor Gertrudis, que yo recuerde. No puedo dejar de citar la capilla-escuela de Cantodarea, atendida por las Hijas de la Caridad, construida sobre un solar donado por el marqués de Riestra e inaugurada en 1906. 
Hoy el colegio de la Inmaculada (Escola das Monxas) sigue siendo un referente como centro de enseñanza concertado, aunque adaptado como es lógico, a los nuevos tiempos. Pero eso es otra historia. Feliz 130 aniversario

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