Fue el benedictino Fray E. Alvarez en su ‘Memoria histórica de la isla de Tambo’ quien glosa una de las primeras leyendas de milagros acaecidas en la isla de Tambo y así nos relata con curioso detalle como ‘San Fructuoso a su llegada a la isla y descuidándose en el amarre de la embarcación ve con dolor como ésta se aleja y tras orar e impelido por el espíritu divino avanza caminando sobre las aguas hasta alcanzar el barco regresando con él de nuevo para su atraque y amarre”
Otro de los celestiales acontecimientos que se recogen en la historia de la isla de Tambo es la milagrosa aparición del Arcángel San Miguel, visión sobrenatural que pobladores de otros muchos lugares de las costas europeas (Apunta en Italia y Tombeleine-Bretaña Francesa) venían pregonando y de la que se deduce la especial atención fervorosa de la que es merecedora el Santo Arcángel por parte de las gentes del mar.
Sin embargo, parece ser que aquel milagroso suceso no ocurrió en Tambo, como así lo desmiente la Enciclopedia Universal Espasa. Edición 1958: “La isla nunca estuvo en lo antiguo dedicada a San Miguel como pretendió el falsario Ramón de la Higuera, y menos que fuese éste el lugar de la famosa aparición del santo Arcángel, efectuada en el Monte Tumba (no Tambo) de la isla de San Miguel (Normandía)”, aunque esta misma enciclopedia admite sin embargo que en el s. XVIII, concretamente en el año 1749 se deshizo el conventillo existente en la isla de Tambo y se reedificó la ermita dedicada entonces a San Miguel por la gran devoción que le tenían los pescadores”.
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