“El que ha naufragado tiembla incluso ante las olas tranquilas"
Conocí a tus padres y abuelos. Los traté en Seixo antes de que la Oficina de Abanca fuera al desgüace. La madre de Ricardo me contó el naufragio de su hijo en el ‘Arosa’, frente a las costas de Irlanda. Recuerdo su descripción, con crudeza y naturalidad, como si fuera un documental: Era de noche. El barco va sin gobierno y se acerca a las piedras. Ricardo se lanza al agua y sin saber cómo se agarra a una roca en forma de aguja. Mientras el agua no retrocede aguanta las envestidas del mar y la respiración. A esto jugaba de crio con sus amigos en la playa de Loira. Sumergirse, tomar aire y volver a sumergirse. De repente la potente luz de un helicóptero le ilumina y un cable de salvamento se balancea a su alrededor. El se salvó. Otros compañeros y amigos no tuvieron su suerte.
Si no recuerdo mal, su madre me había dicho que al mar no volvería. Cualquier cosa menos la mar.
Si no recuerdo mal, su madre me había dicho que al mar no volvería. Cualquier cosa menos la mar.
La realidad laboral es la que todos ya conocemos. Ricardo volvió al mar. Ese mar de verde algar que se pierde en la lejanía, como advirtiendo que más allá hay un abismo. Esa advertencia podrá ser para otros; los marineros siempre tienen que volver.
La furia del mar pudo con el ‘Villa de Pitanxo’ y con las vidas de los marineros. La historia de Ricardo y su compañeros es una historia épica. Una realidad que volverá a repetirse, de otra manera, en Terranova o en otras aguas.
¡ Ay la mar! Si la mar se llevara también el dolor que ahora le queda a su familia !
Mis más sinceras condolencias a la familia de Ricardo y a todas las familias de la mar.
La furia del mar pudo con el ‘Villa de Pitanxo’ y con las vidas de los marineros. La historia de Ricardo y su compañeros es una historia épica. Una realidad que volverá a repetirse, de otra manera, en Terranova o en otras aguas.
¡ Ay la mar! Si la mar se llevara también el dolor que ahora le queda a su familia !
Mis más sinceras condolencias a la familia de Ricardo y a todas las familias de la mar.
Fdo. Gonzalo Sancho Blanco
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