lunes, 27 de febrero de 2023

MARÍN. OPINIÓN. 'CHAPÓ' POR EL 'ENTROIDO MARIN 23'. POR ANGEL G. CARRAGAL


Diez días duraron las actividades programadas en el Entroido Marín 23. Fueron diez jornadas llenas de alegría, colorido, música y humor, de las que participó y disfrutó de manera multitudinaria la ciudadanía gracias a la buena organización que se pudo constatar en todos y cada uno de los acontecimientos que conformaban el programa. El resultado puede decirse que fue de éxito indiscutible. Quizás haya alguien que no esté de acuerdo con esta valoración, pero la perfección no existe.

De todo lo programado en el ‘Entroido Marín 23’ destacaría los dos eventos que le dieron mayor fuerza y contenido, por su colorido, simbolismo y tradición. Por una parte el Gran Desfile de Comparsas y Disfraces, un espectáculo que congregó por calles y plazas a centenares de personas de todas las edades que disfrutaron, al paso de la comitiva, de la vistosidad de las siete carrozas e igual número de comparsas que lo formaban y la originalidad de los grupos de disfraces a cada cual más curioso y divertido.

El otro evento que marcó el ‘entroido marinense’, y el más esperado por la carga histórica y tradicional que contiene y por su popularidad dentro y fuera de Marín, fue el ‘Enterro da Sardiña’, que además este año tenía que pasar el ‘examen’ de la Xunta de Galicia para que le sea otorgada la calificación de Festa de Interese Turístico’ (FITG).  Tras dos años de obligado parón por la pandemia, se esmeraron los organizadores, es decir, el Ateneo Santa Cecilia, -con el apoyo del Concello de Marín- en dar en esta ocasión, un mayor contenido a la transgresora parodia con la que se cierra el carnaval coincidiendo con el Miércoles de Ceniza y el inicio de la Cuaresma.


Fueron centenares los marinenses y otras personas llegadas de municipios cercanos los que acudieron a la cita para despedir a la ‘sardiña’ guardando un respetuoso duelo durante el velatorio instalado en el Palco de la Música de la Alameda y a continuación acompañando el cortejo fúnebre, formado por los portadores de pendones, capuchones y grupos de disfraces enlutados, el catafalco con el cadáver y detrás de éste las viudas ‘choronas’, las autoridades civiles, militares y las eclesiásticas y la ‘Banda do Enterro’,  camino de la Praza do Reloxo donde se leyó la letanía coreada por la multitud al grito de ‘chorade’. Y ya por fin para finalizar se procedió al acto de inhumación devolviendo la fallecida ‘sardiña’ al mar entre gritos de dolor y consternación.

No me cabe la menor duda de que este año, a la vista del apoteósico resultado, el ‘Enterro da Sardiña’ será declarado FITG porque como ha quedado demostrado se trata de una manifestación popular que cumple de sobra con los requisitos exigidos de que suponga “unha valorización da cultura e das tradiciones populares ademáis dun acto de especial importancia como atractivo turístico”.

‘Chapó’ a todas cuantas personas hicieron posible el éxito del ‘entroido marinense’. Y que lo volvamos a disfrutar en 2024.

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