La
web ‘Aventura Rías Baixas’ se refiere al Ecoparque Marín de Cadro como las
‘primeras instalaciones multiaventura que se crearon en Galicia, que por su estratégica ubicación, en medio de una cuidada masa
forestal, con vistas a la ría de Pontevedra, resultan
muy acogedoras y un espacio idílico para realizar prácticas deportivas en pleno
contacto con la naturaleza.”
Sin lugar a dudas aquella apuesta no cayó en vano y hoy día Marín puede
presumir de que el susodicho Ecoparque es uno de los mayores y mejores
atractivos turísticos del municipio, unido a la ruta de miradores, senderismo y
sobre todo a las hermosas y plácidas playas, la mayoría con Bandera Azul.
Volviendo a la historia de cómo se gestó habrá que recordar que el acuerdo para su creación fue adoptado por el Grupo de Gobierno -formado por la coalición PSOE-BNG-, a propuesta del concejal y teniente alcalde, Manuel Ruibal (el alcalde era Fran Veiga) que en su exposición argumentaba la “necesidad de crear puntos de atracción turística para Marín como era la finca de Cadro en las inmediaciones de Pardavila destinándola a un ecoparque, alternativa de ocio que no tiene, decía, ningún otro concello de Galicia.”.
El acuerdo favorable a la propuesta conllevaba la presentación del proyecto
que tuvo lugar en Marín y a la que asistió el director xeral de Turismo, el
nacionalista Rubén Lois que prometía una ayuda de su departamento de 200.000
euros para sacarlo adelante que se unirían a los 300.000 que el gobierno
municipal anterior, (era alcalde Antonio ‘Toneco’ Santiago) conseguía de la
Consellería de Medio Ambiente de la Xunta destinados al acondicionamiento de la
citada finca, totalmente a monte y abandonada, para espacio de ocio.
Desde entonces las instalaciones multiaventura de Cadro, gestionadas a
través de empresas especializadas previa concesión administrativa, han ido
mejorando y ampliando sus prestaciones, como es el caso de dotarlas de un
bungalow-albergue cuya ocupación es casi siempre al cien por cien. El albergue cuenta con salon-comedor, baño completo, dormitorio con literas, terraza,
lavadora, y además pueden disfrutar de los servicios de, parking,
servicio de cafetería, restaurante, merendero....
A lo largo de la quincena de años que tiene de existencia el Ecoparque de
Cadro-Marín es frecuentado y disfrutado por niños, jóvenes, mayores, grupos de
escolares, peñas de amigos, familias que aparte de divertirse ponen a prueba sus emociones en los circuitos y actividades
programadas por los monitores que atienden dichas instalaciones.
En
total suman más de 70 juegos diferentes, con tirolinas de hasta 120 metros de
longitud y 11 metros de altura, a los que hay que sumar la posibilidad de hacer
rutas a caballo o en bicicletas de montaña por el maravilloso entorno del
parque y sus inmediaciones.
Dos años después de la aprobación de su propuesta, el concejal Manuel Ruibal, abandonaría su escaño presentando su dimisión en el pleno celebrado el 13 de agosto de 2010, dejando a su paso por la Corporación Municipal, como concejal de Turismo la genial idea de dotar a Marín de un recurso turístico que está dando tan buen resultado, como es el Ecoparque de Cadro, del que hoy presume, y no sin motivos el Concello de Marín.
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