A partir de esta noche y durante un mes bares, cafeterías y restaurantes permanecerán cerrados como una de las medidas restrictivas decretadas por la Xunta de Galicia para frenar el avance de la pandemia y "salvar la Navidad", según dijo el presidente Núñez Feijóo. Los establecimientos hosteleros solo podrán ejercer su actividad para despachar comidas para llevar o servir a domicilio. En general los hosteleros, no solo los de Marín, sino de aquellos concellos de Galicia donde deben cumplir con la medida, no están de acuerdo con la disposición que la consideran ‘un parche y no es solución cargar contra el sector de la hostelería”.
En Marín la situación es preocupante, como no podría ser de otra manera. Se teme que muchos pequeños locales no resistan un mes sin actividad y no puedan volver a abrir.
Mientras tanto los políticos anuncian ayudas a la hostelería afectada por el cierre. Desde la Xunta de Galicia con subvenciones a los autónomos sin empleados con 2.200 euros. Y a los que tengan trabajadores a su cargo, 7.000 euros. Se calcula que este tipo de ayudas lleguen a unos 21.000 hosteleros (12.000 en la provincia de Pontevedra). Entiendo que estarán incluidos los de Marín, si cumplen las condiciones para tener derecho a las mismas.
Y desde el Concello de Marín, la alcaldesa María Ramallo, -que reconoce “lo duro que será esto” para la hostelería- anunció que bonificará el recibo de la recogida de basuras y propone un curso de formación para el ‘reciclaje del sector’.
Bienvenidas sean las ayudas, pero me da que no serán suficientes porque si la situación por la que venían atravesando los hosteleros marinenses ya era grave (no olvidemos los efectos negativos del toque de queda de 23.00 a 06.00h), ahora es gravísima. Y a todo ello hay que unir que Marín es uno de los concellos peritralmente cerrado. Otro problema añadido.
Confiemos en que la pandemia se vaya reduciendo y que a la vuelta de un mes podamos volver al bar, a la cafetería o al restaurante a tomarnos nuestro 'vinito', nuestra ‘tapita’, nuestro ‘cafelito’ o celebrar el rencuentro con la familia y amigos ante una buena comida o cena.
¿Servirá el cierre de la hostelería para frenar la pandemía? Si es así, bienvenido sea el cierre. Pero los hosteleros dudan mucho que lo sea. Mientras tanto, al igual que otros sectores, tendrán que 'sufrir' y esperar a que dentro de un mes la situación sea leve, sino mucho me temo que las puertas seguirán cerradas.
Cuidaros, Cuidémonos.
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