MARÍN Y LA 'PESADILLA ROJA'. POR ANGEL G. CARRAGAL

El buque factoria ruso (General Ostryakov' que provocó 'la pesadilla roja'

Indagando por las hemerotecas en busca de datos relacionados con barcos de la flota pesquera del Puerto de Marín encuentro información de un episodio al que la prensa de la época le dedicó amplios titulares y que algunos comentaristas llegaron a calificar de ‘pesadilla roja’ por la implicación que Rusia tuvo en aquel preocupante asunto.
Precisamente en este mes se cumplen 46 años de aquel hecho que tuvo como protagonistas a conocidos pesqueros marinenses.
Año 1977. Martes (11.00h) 3 de mayo. Encontrándose el pesquero ‘González Costa 2’ (del armador marinense Francisco Area Calviño) faenando en el paralelo de Corrubedo, la tripulación se vio sorprendida por la presencia del buque factoría de la URSS ‘General Ostryakov’, que “los engancha por el aparejo y los arrastra durante más de dos horas dándose después a la fuga causando daños al barco por valor de 250.000 pesetas”. Y no era éste un caso aislado pues días antes el pesquero ‘Areasa’, también de Marín, había sufrido el mismo percance con otro buque ruso, y caso similar le ocurrió al ‘Massó 25’.
Responsables de la Cofradía de Pescadores de Marín, muy preocupados por estos hechos, los puso en conocimiento de las autoridades competentes, -entre ellas la Presidencia del Gobierno en manos de Adolfo Suárez que curiosamente acababa de anunciar la convocatoria de Elecciones Generales, las primeras democráticas que se celebraban en España después de la muerte de Franco- que de momento no pudieron hacer otra cosa que esperar a que se aprobase una ley que permitiese ampliar a 200 millas el límite en aguas del Cantábrico y del Atlántico.
Mientras tanto el problema seguía avanzando y las tensiones entre los buques factoría y los pesqueros gallegos no bajaban, sino todo lo contrario pues iban a más, y lo peor “se estaban cuestionando los límites de nuestras aguas jurisdiccionales…” como destacaban las informaciones de prensa.
Tripulantes de aquellos pesqueros marinenses aún recuerdan hoy el pánico en que entraron cuando vieron llegar hacia ellos a aquella mole de barco con un registro bruto cercano a las 4.000 toneladas y 101 metros de eslora, cuatro veces el tamaño del ‘González Costa 2’. Éste, tan solo tenía 24 metros de longitud y 170 toneladas.
Los días iban pasando y los rusos seguían faenando “con sus poderosas naves arrastrando con malla muy cerrada las especies más diminutas…” y aunque se iban alejando hacia el norte, a la altura de Ortegal, el problema persistía, hasta el punto de que el Gobierno hubo de enviar a la zona al dragaminas ‘Sil’ para refrenar cualquier posible conflicto. Mientras tanto “el malestar y la inquietud en el sector presagiaba un paro de la flota en señal de protesta…”. 
No sería hasta el 20 de febrero de 1978 cuando el Congreso de los Diputados aprobaba la Ley de ampliación del límite a 200 millas de las aguas del Cantábrico que hizo que los pescadores gallegos respirasen aliviados al despertar de aquella pesadilla roja”.