A nuestras madres, que arreglaban y repasaban con paciencia y mimo nuestras, gastadas por el tiempo, prendas de vestir (reponer botones en las camisas, zurcido de calcetines, 'cuadas y rodilleras' en los pantalones, coderas en las chaquetas...) hasta convertirlas en 'nuevas' porque no se podían comprar otras; o aquellas madres que para sacar adelante a sus hijos se pasaban noches enteras al pie de la máquina de coser realizando trabajos y encargos para las 'señoras', hasta que se caían rendidas por el sueño y la falta de descanso...
Recuerdo mis tiempos como dependiente de la Mercería Montes, aquellos talleres de costura que había en Marín, a los que proveíamos de los materiales precisos para la costura, y aquellas chicas aprendices de costureras, por algunas de las cuales yo sentía pasión de adolescente...
No se sabe el origen de esta celebración sin embargo, en muchos países, como en España, se celebra cada 14 de octubre, el Día Internacional de la Costurera, para agradecer a estas mujeres su ardua y diaria labor en la creación y confección de prendas. La costura es en realidad un oficio muy antiguo que se fue desarrollando con el paso del tiempo y que tradicionalmente han venido desempeñando las mujeres. Durante el siglo XIX, la clase burguesa adinerada comenzó a generar un gran interés por la moda en toda Europa, aumentando la demanda en la creación y confección de productos que permitió a las costureras desarrollar su oficio por cuenta propia. Posteriormente, con el avance de la industria textil, la oferta de tejidos se diversificó y abarató, aumentando las confecciones manuales. A principios del siglo XX, era común que las mujeres se dedicaran a la costura, sobre todo en las clases menos favorecidas. Desde pequeñas se les enseñaba el oficio para realizar sus propias prendas. También fue la época en que muchas chicas se iban a las ciudades para incorporarse a talleres, trabajar para particulares y las más afortunadas lograban abrir algún establecimiento.
En la actualidad muchas mujeres se dedican a este maravilloso oficio, ya desde sus lugares de trabajo o desde sus casas, ayudándonos con su trabajo a vestirnos para cualquier ocasión.
En la actualidad muchas mujeres se dedican a este maravilloso oficio, ya desde sus lugares de trabajo o desde sus casas, ayudándonos con su trabajo a vestirnos para cualquier ocasión.
Todos debemos estar agradecidos a las costureras porque este oficio exige paciencia, pasión, entrega y tiempo, como lo hacían nuestras madres que cosían con mimo nuestras ropas aprovechando las prendas hasta el límite, cosiendo los botones que se caían con facilidad, 'remendando' nuestros pantalones, zurciendo nuestros calcetines, arreglando nuestras camisas, o los 'sietes' en nuestras chaquetas...
Feliz Dia de la Costurera
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