Estación del Tranvía a Vapor de Marin
Después de que el Ministerio de Fomento aprobase definitivamente convocar la subasta de las obras del proyecto del ‘Tranvía con motor a vapor de Pontevedra a Marín”, se presentaba el problema, para los promotores de la idea, de poder sacar adelante la financiación del casi medio millón de pesetas (el presupuesto inicial era de 200.000) que hacían falta para su ejecución. Es entonces cuando el político y empresario José Riestra López propone a la junta de accionistas tomar a su cargo el importe íntegro del presupuesto bajo ciertas condiciones para la devolución de su aportación. Aceptada la propuesta se da paso a la constitución ante el notario, Valentín García Escudero, de la Sociedad del Tranvía a Vapor, así como a la aprobación de estatutos y composición del Consejo de Administración, que presidiría Eugenio Montero Ríos.
En el año 1888 comienzan las gestiones ante los ayuntamientos de Marín y Pontevedra para la concesión gratuita de los terrenos donde ubicar las Estaciones del Tranvía. En ambos concellos se acepta la gratuidad solicitada. Pero en Marín todavía quedaba un asunto por resolver; era la reclamación existente por parte de un número de vecinos de las rúas Areíña y Real que se oponían al trazado de las vías por dichas calles y a la suspensión del paso de carros por las mimas. Según consta en acta de fecha 5 de abril de 1888, el pleno de la Corporación Municipal, presidido por el alcalde Manuel Durán González, mostró su rechazo a la oposición vecinal dando vía libre a las obras. Éstas se inician aquel mismo año con un trazado desde Pontevedra a Marín (espigón del Puerto) y un recorrido de unos siete kilómetros.
Aunque la fecha señalada para su inauguración fue el 2 de mayo de 1889, circunstancias administrativas la demoraron al 12 de junio. Al día siguiente las crónicas de los periódicos se llenaron con la noticia de aquel histórico acontecimiento que lo definen como “un acto sencillo que tuvo lugar a las ocho de la mañana en Pontevedra con la bendición y levantamiento de acta al que asistieron autoridades provinciales y locales. A las 12.00h ‘arrancaba’ el tranvía con tres coches. El primer viaje para el público se hace ese mismo día por la tarde constituyendo todo un éxito”. Su llegada a Marín fue aclamada por el numeroso público que lo esperaba ante la Estación, de la cual había sido nombrado jefe el marinense José Tafall. Curiosamente ese mismo año los armadores ‘modernizaban’ sus barcos, pasando de la caldera de carbón a la de vapor.
El Tranvía de Marín estuvo en servicio durante 35 años. Fue un periodo que marcó toda una historia llena de anécdotas y sucesos protagonizados por aquel medio de transporte, inaugurado en 1889, que vino a relegar a un segundo plano a carros, carruajes y carretas, hasta que es sustituido en 1924 por el Tranvía Eléctrico, un medio mucho más moderno y rentable. Pero esto forma parte de otra historia.
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