sábado, 10 de octubre de 2020
MARÍN. TRILOGIA DEL PULPO. 'HISTORIA DEL PULPO VICEIRO' POR ANGEL G. CARRAGAL
Hace unos treinta años un pescador marinense llamado Manoel Soto (no sé que será de él) me contó, con el fin de su publicación en el añorado ‘Portocelo’ una curiosa historia ocurrida allá por los años veinte que tenía como protagonista a un ‘pulpo viceiro’ que se crió y desarrolló en aguas del puerto de Marín.‘Viceiro’, según mi informador, se le dice en términos marineros al pez que conoce muy bien su hábitat, tanto que por su astucia se permite burlar a sus pescadores. Y este era el caso de un pulpo localizado en un ‘laño’ de nuestra ensenada portuaria que traía a mal traer a quienes intentaban capturarlo, afamados pescadores especialistas en ‘boliche’, rapeta’, ‘mediomundo’... como ‘o Femio’, ‘o Peneco’, ‘o Morros’, ‘Gabriel o do can’, ‘o Bruto’, ‘o Patagullo’, ‘o Neliños’ y ‘o Caxico’. Estos acudían a diario a la ‘caza’ del hermoso cefalópodo poniéndo delante de sus ‘narices’ un anzuelo con la carnada apropiada. El ‘pulpo viceiro’ arrebataba el alimento con tanta rapidez que no daba tiempo a su captura, algo que ya se había convertido en una competición a la que nuestro particular ‘historiador’ asistía siendo niño todos los días intrigado por conocer quién se llevaba el ‘trofeo’.Pasaban los días y el pulpo seguía en su ‘laño’ engordando con extrema tranquilidad mientras los pescadores no cesaban en su empeño porque sabían que algún día ‘picaría’. La noticia corría de boca en boca por Marín. Numerosos curiosos participaban como espectadores de la intentona de aquellos veteranos de ‘liña’ que usaban toda clase de artimañas con las que engañar al ‘bicho’. La paciencia se iba ya agotando mientras que el ‘pulpo viceiro’ se mantenía en su madriguera ‘riéndose’ de sus fracasados captores y dándose la gran vida con el ‘xantar’ asegurado. Hasta que un buen día llegó por allí el señor Camilo ‘o da tasca da Calzada’ (con cincuenta años de mar sobre sus espaldas) que hizo que la tarde del 7 de octubre de 1923 se convirtiese entre los pescadores marinenses en una fecha de memorable recuerdo. Ese día el citado acudió al muelle y haciéndose un hueco entre los demás competidores lanzó ‘fío e anzol’ hacía la guarida del subsodicho ‘viceiro’ y a los pocos segundos, ¡zas!, ya estaba arrastrando el pulpo hacia la superficie. ¿Que le había dado para que picara tan rápido?, se preguntaban los pescadores. ¡Hígado de ternera! exclamó el captor ante el asombro de los presentes que no daban crédito a la hazaña.Los aplausos no se hicieron de esperar y el señor Camilo agradecido pronunció un elocuente discurso con el que pasó a la historia y en el que, entre otras cosas dijo: “consumados ‘pulpeiros’ no os apenéis. Hay que saber perder. La suerte va por rachas y hoy me tocó a mí y voy a compartirla con vosotros comiéndonos a este ‘pulpo viceiro’ -pesaba 5,2 kilos- en una gran caldeirada en mi taberna de la Calzada...”.
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